Diversidad y derechos lingüísticos en México
México, según esta nota del Foro Económico Mundial, ocupa el séptimo lugar en diversidad lingüística, con 289 lenguas. El INALI ha catalogado las lenguas de México gracias a la expedición de la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas (PDF descargable aquí)
Lo interesante será ver cómo harán que se cumpla esta ley, cuando garantiza, entre otras cosas, que el Estado "adoptará e instrumentará las medidas necesarias para asegurar que los medios de comunicación masiva difundan la realidad y la diversidad lingüística y cultural de la Nación Mexicana.", sobre todo después de la prohibición explícita y tácita que se vino llevando a cabo hasta el año pasado. Sin embargo, esto no fue un impedimento para que las comunidades indígenas encontraran el modo de hacerse escuchar, gracias al sofware libre y a la internet, como en el caso de la Asamblea de Indígenas Migrantes de la Ciudad de México.
Otra garantía de esta ley es que "Las autoridades federales responsables de la procuración y administración de justicia, incluyendo las agrarias y laborales, proveerán lo necesario a efecto de que en los juicios que realicen, los indígenas sean asistidos gratuitamente, en todo tiempo, por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua indígena y cultura.", que representa un cúmulo de dificultades instrumentales y administrativas casi inabarcable. Para empezar, consideremos las 289 lenguas catalogadas, más sus variantes. Luego, los intérpretes disponibles para cada una de las lenguas deberían recibir capacitación (si ya no profesional, que sería lo ideal) tanto en las técnicas de interpretación como en la legislación vigente. Si el Estado está obligado a brindar esa asistencia, lo más lógico sería que el servicio de interpretación fuera remunerado por el mismo Estado y de acuerdo con tarifas dignas; cosa que, hasta el momento, difícilmente ocurre. Estas problemáticas la ha tratado de atacar el mismo INALI mediante diplomados para la formación de intérpretes y traductores en lenguas indígenas, y sobre todo con el Padrón Nacional de Intérpretes y Traductores en Lenguas Indígenas (PANITLI).
Por último, cuando se implemente el nuevo modelo educativo, en el que se enseñará a los niños de educación primaria en sus lenguas originarias, y luego se podrán enseñar como L2 en secundaria, habrá que pensar si existe la cantidad suficiente de profesores capacitados para ello, y si no, cuáles serían los pasos a seguir.
Lo interesante será ver cómo harán que se cumpla esta ley, cuando garantiza, entre otras cosas, que el Estado "adoptará e instrumentará las medidas necesarias para asegurar que los medios de comunicación masiva difundan la realidad y la diversidad lingüística y cultural de la Nación Mexicana.", sobre todo después de la prohibición explícita y tácita que se vino llevando a cabo hasta el año pasado. Sin embargo, esto no fue un impedimento para que las comunidades indígenas encontraran el modo de hacerse escuchar, gracias al sofware libre y a la internet, como en el caso de la Asamblea de Indígenas Migrantes de la Ciudad de México.
Otra garantía de esta ley es que "Las autoridades federales responsables de la procuración y administración de justicia, incluyendo las agrarias y laborales, proveerán lo necesario a efecto de que en los juicios que realicen, los indígenas sean asistidos gratuitamente, en todo tiempo, por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua indígena y cultura.", que representa un cúmulo de dificultades instrumentales y administrativas casi inabarcable. Para empezar, consideremos las 289 lenguas catalogadas, más sus variantes. Luego, los intérpretes disponibles para cada una de las lenguas deberían recibir capacitación (si ya no profesional, que sería lo ideal) tanto en las técnicas de interpretación como en la legislación vigente. Si el Estado está obligado a brindar esa asistencia, lo más lógico sería que el servicio de interpretación fuera remunerado por el mismo Estado y de acuerdo con tarifas dignas; cosa que, hasta el momento, difícilmente ocurre. Estas problemáticas la ha tratado de atacar el mismo INALI mediante diplomados para la formación de intérpretes y traductores en lenguas indígenas, y sobre todo con el Padrón Nacional de Intérpretes y Traductores en Lenguas Indígenas (PANITLI).
Por último, cuando se implemente el nuevo modelo educativo, en el que se enseñará a los niños de educación primaria en sus lenguas originarias, y luego se podrán enseñar como L2 en secundaria, habrá que pensar si existe la cantidad suficiente de profesores capacitados para ello, y si no, cuáles serían los pasos a seguir.
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