Herramientas de trabajo

 

Cortázar, en su famosa entrevista española “A fondo”, dice que el traductor es como un caracol, que lleva consigo su casita y por tanto puede trabajar en donde sea.

El otro día veíamos, mi papá y yo, a un grupo de militares (que a lo largo de los últimos años han portado diferentes disfraces, desde el camuflado tradicional, el de policía militar, y ahora el de guardia nacional) apostados afuera de la reja de nuestra casa esperando a que saliera su jefe de la casa vecina (no sé su rango y sinceramente siempre me he confundido mucho con eso) para llevarlo a algún lugar. Esto pasa con cierta frecuencia, y dichos militares siempre van armados y, aunque guardan una postura más o menos relajada, permanecen vigilantes.

Mi papá, médico cardiólogo, me dice: Qué diferencia sus herramientas de trabajo con las mías.

Yo miro mis manos y una sostenía una taza de café. Le respondo: Estas son las mías.

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